La característica propia de los alfiles de sólo poder transitar por casillas de un determinado color hace que la otra mitad del tablero les sea inalcanzable. Por ello, la acción conjunta de ambos alfiles se complementa y hace que adquieran una fuerza mayor a la suma de sus valores por separado. Esto implica que, si por regla general un alfil y un caballo se consideran piezas equivalentes, la pareja de alfiles son casi siempre superiores a dos caballos o a un alfil y un caballo.
Naturalmente, otros detalles de la posición pueden hacer variar esta valoración, pero en las posiciones donde los alfiles son superiores a los caballos, es decir las de tipo abierto, la posesión de la pareja de alfiles es definitivamente una ventaja, mientras que en las posiciones cerradas, que normalmente favorecen a los caballos, la pareja de alfiles suele contrarrestar dicha ventaja o incluso variar su signo.
sábado, 20 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario